Red Educativa

miércoles, mayo 17, 2006

EL NIÑO AGRESIVO

Las primeras conductas consideradas realmente como agresivas aparecen entre el 2º y 3er año de vida cuando se siente frustrado por no ver cumplidos sus deseos; entonces, el niño araña, muerde, pega,...
Antes de esta edad, lo que muestra el niño es rabia, mediante pataletas y gritos.
Es a partir de los 4 años, cuando esta agresividad pasa a ser expresada verbalmente.
Esto ocurre en el desarrollo normal de todo niño. Lo que sucede es que algunos continúan mostrándose agresivos, y esto sí que se convierte en una conducta problemática. El grado de agresividad, la edad de aparición, así como su permanencia en el tiempo hará determinar la intervención de un psicólogo infantil que abarque el problema desde su globalidad.
Generalmente, tras este comportamiento hay una baja autoestima, un ser que lucha por autoafirmarse y/o la expresión de un exceso de tensión o angustia que no encuentra otra vía de escape. Para unos, la agresión es una forma de dominar al grupo y para otros es imitar lo que han visto o vivido en casa,...
Para lograr algún cambio en dicho comportamiento, habrá que incidir directamente sobre las causas que lo originan, además de educarle en el control de sí mismo. Al hablar de agresividad nos referimos tanto a la agresividad física como a la verbal, y tanto a la autoagresividad como a la agresividad contra los demás. Tanto el comportamiento autodestructivo como el de agresividad contra los demás pueden llegar a resultar muy peligrosos; de ahí, que no deben ignorarse, ni se puede esperar a que se resuelvan por sí solos.

miércoles, mayo 03, 2006

¿SE PUEDE PREVENIR EL COMPORTAMIENTO VIOLENTO INFANTIL?

Los estudios de investigación demuestran que la mayor parte del comportamiento violento se puede reducir o impedir si se reducen o eliminan los factores de riesgo enumerados arriba. Lo que es más importante, los esfuerzos se deben dirigir a reducir dramáticamente la exposición del niño o adolescente a la violencia en el hogar, la comunidad y los medios de difusión. Es evidente que la violencia fomenta la violencia.
En adición, se pueden usar las siguientes estrategias para reducir o prevenir el comportamiento violento:

Prevención del abuso infantil (a través de programas sobre la crianza de los niños, apoyo a la familia, etc.)

Educación sexual y programas para enseñar a los adolescentes cómo criar los niños.

Programas de intervención temprana para niños y jóvenes violentos.
Supervisión de la violencia que ven los niños en los programas de televisión, los videos y las películas.

miércoles, abril 12, 2006



VIOLENCIA Y PROBLEMAS DE APRENDIZAJE II

Muchos estudiantes cometen actos antisociales, no porque sean pobres o por ser víctimas de una privación cultural, sino porque, no tienen un buen rendimiento escolar y presentan trastornos del lenguaje o dificultades para leer y escribir. En cuanto mayor grado de incultura, el niño es más propenso a la violencia, por motivos frívolos y banales.
Los estudiantes con dificultades de lectura y frustrados por cada tentativa, son tentados a faltar a clase y a frecuentar compañías poco deseables. Un estudiante que fracasa en la lectura, fracasa también a la hora de leer un problema matemático, y es un magnífico prospecto para la delincuencia.
La privación de la lectura interfiere en el desarrollo de la personalidad de los estudiantes. Un estudiante con deficiencia lectora vive triste y deprimido, agresivo y angustiado.